A casa de dos estudiantes van llegando los invitados a
una especie de fiesta de fin de curso. El invitado que más
temen es su tutor y profesor, un astuto criminólogo que
sostiene que el crimen perfecto no existe, aunque ellos se
han propuesto demostrar lo contrario. En efecto, con su
llegada crece cada vez más la tensión y el nerviosismo de
los jóvenes. Y no es para menos, porque tienen un cadáver
encerrado en el arcón que sirve de mesa para la cena.
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